Alexandra Martínez González, en plena competición

Alexandra Martínez González, en plena competición

Alexandra Martínez González

La joven gimnasta ovetense, de sólo 8 años, compite desde hace tres y ha conseguido los títulos de Asturias y de España de rítmica en categoría benjamín y se prepara para su primer año alevín.

Tiene sólo 8 años, pero la gimnasia rítmica asturiana cuenta con una nueva estrella. En realidad, esta afirmación se pudo realizar hace tres años, cuando, en la primera edición de la «Baby Cup» de Langreo, Alexandra Martínez salió al tapiz en su primera competición. Entonces, esta joven ovetense perdió sus punteras (calzado) durante el ejercicio y, lejos de amilanarse, continuó con una sonrisa y sin perder la compostura. Se metió al público en el bolsillo y aquel quinto puesto fue la peor calificación de su ya larga experiencia competitiva, si excluimos una experiencia en Polonia.

Allí, en un torneo internacional, Alexandra llegó cansada y con los oídos doloridos del avión. No quería salir, pero al final lo hizo y fue sexta, compitiendo con niñas mayores que ella. Y es que, a pesar de su insultante juventud, esta campeona de Asturias y de España en categoría benjamín tiene ya infinitas anécdotas para contar. Deportivamente, nació en el Club Omega de su natal Oviedo, en el que continúa, de la mano de Natalia Onopko, que guió sus primeros pasos y ahora retomó su preparación. En el camino han sido también importantes Camino Mateos, Ángeles Castañón, Nekane Sáez, que le asesora en la parte de ballet, y su tocaya Alexandra, la madre de Natalia, especializada en las niñas que dan sus primeros pasos en la rítmica dentro del club.

Ésta es la historia, como muchas de las que se podrían contar, de un sacrificio silencioso. Un sacrificio de la propia gimnasta, que dedica tres horas al día cinco días a la semana a los entrenamientos, después de haber cumplido una exigente jornada escolar de siete horas a tiempo partido. Y es que come en el colegio, el San Ignacio. Y no come mucho. Dice que le gustan «los filetes y la fruta, porque me dan mucha». Cuando llega a casa, hace una merienda ligera y al Palacio de los Deportes, a continuar con su preparación. Ese sacrificio lo comparten -son fundamentales- sus padres, Daniel Martínez y Karina González. Ayuda que son dos apasionados del deporte, pero el día a día se hace a veces un poco duro. Porque además tienen otro hijo, Daniel, de 9 años, que juega al tenis y monta a caballo, con buenas maneras en ambas disciplinas. «A veces pienso en cambiar de profesión y poner un taxi», bromea Daniel, pero en su cara y en la de Karina se refleja el orgullo por ver cómo sus pequeños crecen en el deporte. Y además ganan. Alexandra se aproxima a la veintena de triunfos en todo tipo de competiciones. De momento, por su edad, compite en manos libres. La próxima temporada, tras el verano, comenzará con la pelota, en su primer año como alevín, aunque no será una sensación extraña pues lleva tiempo preparando, incluso compitiendo, en esta especialidad. Lo más bonito es ver cómo acude encantada al tapiz. Y es que allí, por encima de todo, encuentra amigas. Habla de las dos Eugenias, Onopko y Tanasova, de Andrea, de Lucía, de Bárbara Pesquera, de Verónica, de Eva Sánchez… «Soy amiga de todas las niñas», afirma orgullosa.

Admira, sobre todo, a Onopko y a Tanasova, dos grandes campeonas, y sonríe cuando su padre nos cuenta que habla por lo menos una vez al mes con Jennifer Colino, la mundialista alicantina, a la que conoció en su visita a Asturias con motivo de la «Baby Cup».
Mención aparte para su entrenadora. Con mucha vergüenza dice Alexandra que Natalia es «muy cariñosa y, a veces, muy exigente». En este deporte debe ser así. La ucraniana, asturiana ya, mantiene invariables los principios de rectitud, elegancia, compañerismo y disciplina extrema intrínsecos a este deporte, y eso se nota después en los resultados. En definitiva, una trayectoria marcada por el éxito, pero ya preparada para las dificultades que puedan llegar. La fuerza mental que apunta esta joven gimnasta asusta. En el Nacional de Toledo venció a pesar de salir la trigésima novena de cuarenta deportistas. Además, hasta entonces lideraba la prueba otra asturiana, Susana Caicoya, del Stroke Gijón, y era tercera Miriam Maeso, del Valoe Avilés. Nada pudo con ella, a pesar de la tensa espera. Salió al tapiz, desplegó su ejercicio, con sus dificultades, totalmente concentrada y aislada de la gran animación en la grada. «Yo estoy a mi bola», se sincera, mucho más relajada ya. Es un encanto, y sólo verla entrenar ya deja pasmado. Y no para. Este fin de semana viajará a León para afrontar el torneo «Reino de León», organizado por el club del mismo nombre. Y encantada, porque «yo voy a donde me lleven».

lne.es, 07.06.07

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