Una madurez de plata

Una madurez de plata

La segunda medalla, previsible como la primera, se la colgó España en equipos por detrás de la intratable Rusia, que recibió ocho '10'.

El equipo español celebra la medalla de plata en la modalidad de conjuntos de natación sincronizada de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

La sincronizada española ha alcanzado su cénit después de una larga y constante progresión que la ha conducido desde la nada hasta una doble plata olímpica en apenas una década. La segunda medalla, previsible como la primera, se la colgó ayer en equipos tras una magnífica ejecución de su coreografía 'África' en la rutina libre. La inalcanzable Rusia, que obtuvo ocho dieces de diez posibles, se llevó el oro, mientras el bronce fue para una China que viene pisando muy fuerte y que cada vez está más cerca de los dos países punteros.

Europeos y Mundiales ya se habían rendido a los pies de las chicas de Anna Tarrés tiempo atrás, pero este equipo siempre ha tenido una obsesión olímpica que ha tardado mucho en cumplirse, quizá demasiado. Todas, sin embargo, dan por bueno este final de cuento de hadas, aunque haya llegado cuando tres de las nueve componentes del equipo ya han superado los treinta años de edad, cuando una inevitable pero dolorosa renovación ya asoma en el horizonte. «Mírala, qué hermosura, con los cinco aros grabados… ésta no es una medalla, es 'la' medalla», decía Raquel Corral con los ojos arrasados en lágrimas. Andrea Fuentes, más serena que el resto de las componentes del equipo quizá porque en el dúo ya conoció la sensación de pisar un podio olímpico, argumentaba que «esta medalla sabe mejor que la otra porque es de todo el equipo, es una medalla compartida para un esfuerzo den todas. La alegría es más grande porque el premio es para todas». La tarraconense, todo espontaneidad, resumió perfectamente la final: «Las rusas estuvieron perfectas, nosotras muy bien y China nos tocó bastante los cojones», en referencia al gran nivel exhibido por las nadadoras locales en su ejercicio de ayer.

La tremenda decepción de Atenas'04, de donde España se marchó con sendos cuartos puestos, está borrada, pero dejó cicatrices que sirvieron de acicate para quitarse la espina en Pekín. En este ciclo olímpico Tarrés decidió cambiar algunas cosas en el seno del equipo español, y la más visible de todas ellas es la composición del dúo. Andrea Fuentes sustituyó a Paola Tirados como pareja de Gemma Mengual y eso sirvió de revulsivo a la diva española. Se compenetraron muy bien desde el principio y surgió entre ellas una química muy especial no sólo dentro sino también fuera del agua, que hizo que se alimentaran la una a la otra y ganaran en intensidad, que se espolearan mutuamente para mejorar. Hablan mucho entre sí y ahora ya son capaces de entenderse con una mirada. De carácter muy distinto, se complementan a la perfección porque lo que a una le falta a la otra le sobra.

Ejercicios 'a la rusa'

El crecimiento del dúo, a su vez, redundó en beneficio del equipo. Tarrés y su 'staff' técnico –Beth Fernández, Mayuko Fujiki y Laura Amorós– decidieron incorporar mayores elementos técnicos en las rutinas y preparar ejercicios 'a la rusa', precisamente con el fin de conseguir una medalla olímpica. Es obvio que los cambios han funcionado. «Hemos hecho lo que veníamos a hacer, hemos cumplido con nuestra responsabilidad y hemos soportado la presión –valoraba Anna Tarrés–. Estas dos medallas son la recompensa al trabajo bien hecho»

elmundodeportivo.es, 24.08.08

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