Zuleyka Rivera se alza con la quinta corona

Zuleyka Rivera se alza con la quinta corona

Todavía incrédula por su triunfo, fue coronada en medio de los aplausos del público

Zuleyka Jerrís Rivera Mendoza conquistó el quinto título de Miss Universe para Puerto Rico con su gran dominio escénico, en una insípida ceremonia realizada anoche en el Shrine Auditorium de esta ciudad.

Con su victoria, la salinense ha convertido a la Isla en el país con mayor cantidad de coronas después de Estados Unidos, que es en donde se origina este evento.

La boricua aguardó el resultado final de la mano de Miss Japón, Kurara Chibana, quien se convirtió en la primera finalista de este evento. En segundo, tercer y cuarto lugar resultaron, respectivamente, Miss Suiza, Laureane Guillieron; Miss Paraguay, Lourdes Arévalos; y Miss Estados Unidos, Tara Connor.

Al concluir la conferencia de prensa de la ceremonia, la nueva reina universal se desmayó de la emoción. De inmediato, los paramédicos se apostaron en el lugar para asistirla.

Lark Anton, portavoz del certamen, indicó a PRIMERA HORA que Zuleyka se encontraba estable. Asimismo, le atribuyó el desmayo al calor y a lo ajustado de su vestido.

La ceremonia

El certamen inició con el recorrido de las 86 delegadas en trajes típicos mientras se presentaban individualmente. Este desfile fue previamente grabado.

Luego las aspirantes se mostraron en vestidos de cóctel plateados, realizando una coreografía en un escenario que en todo momento careció de color o de algún elemento vistoso. Es éste, quizás, el año en que más deslucida ha estado la ceremonia, a pesar de haber sido realizada en una de las ciudades en donde se trabajan las producciones más sofisticadas del mundo.

Tras la presentación de los anfitriones de la noche, el puertorriqueño Carlos Ponce y la animadora de televisión Nancy O'Dell, y un resumen del reinado y corta entrevista a la soberana saliente Natalie Glebova, se llamó de inmediato al grupo de 20 semifinalistas, elegidas secretamente desde el pasado martes, tras sumarse las puntuaciones de la competencia preliminar y las entrevistas con el jurado.

En este cuadro entraron Puerto Rico, Zuleyka Rivera; Trinidad y Tobago, Kenisha Thom; Estados Unidos, Tara Connor; Bolivia, Desirée Durán; Japón, Kurara Chibana; Dinamarca, Betina Faurbye; Suiza, Laureane Guillieron; Colombia, Valerie Domínguez; Etiopía, Dina Fekadu; Rusia, Anna Liitvinova; Canadá, Alice Panikian; Brasil, Rafaela Zanella; Suecia, Josephine Alhanko; Tailandia, Charm Osathanond; Hungría, Adrienn Bende; Paraguay, Lourdes Arévalos; India, Neha Kapur; Argentina, Margali Romitelli; Ucrania, Inna Tsymbaliuk y México, Priscila Perales.

Este grupo comenzó a ser evaluado desde cero, con un nuevo panel de jueces integrado por Amelia Vega, Marc Cherry, Claudia Jordan, James Lesure, Bridgette Wilson-Sampras, María Celeste Arrarás, Patrick McMullan, Santino Rice, Sean Yazbeck, Emmit Smith y Tom Green.

Las 20 aspirantes mostraron sus cuerpos en trajes de baño al ritmo del tema «Cha-Cha», del novel vocalista y bailarín Chelo, quien llegó hasta el escenario con ocho bailarines.

En este renglón se destacaron las delegadas de Puerto Rico, Suiza, Colombia, Japón, Brasil, Trinidad y Tobago y México.

Aún luciendo sus trajes de baño, el jurado eligió a las diez más destacadas de la noche. A este importante grupo ingresaron Canadá, Trinidad y Tobago, Bolivia, Japón, Puerto Rico, Estados Unidos, Suiza, México, Colombia y Paraguay.

Con la música del tenor italiano Vittorio Grigolo de fondo, las representantes fueron evaluadas en vestidos de gala.

Las delegadas que más se destacaron fueron Puerto Rico –con una versión mejorada del traje que Carlos Alberto le confeccionó para la prueba preliminar–, Bolivia, Japón y México.

En este momento se premió, además, a Miss Fotogénica (la filipina Lia Andrea Ramos), Miss Amistad (Angela Asare, de Ghana) y mejor traje típico, galardón que se llevó Miss Japón con su comentada indumentaria de samurai.

Las cinco finalistas de la noche, las representantes de Suiza, Paraguay, Japón, Estados Unidos y Puerto Rico, conversaron informalmente con los presentadores y luego respondieron una pregunta formulada por las mismas candidatas para que el jurado pudiese evaluar su elocuencia.

Zuleyka Rivera respondió la pregunta formulada por la reina saliente, Natalie Glebova, pidiendo la definición de éxito.

«Para mí éxito es la satisfacción de un ser humano al alcanzar todas sus metas… alcanzar todo lo que ha trabajado sin importar los obstáculos que se encuentren. Esos obstáculos son una prueba para saber que uno puede seguir hacia adelante y que uno es fuerte», dijo la nueva soberana.

El certamen fue pobremente transmitido por Telemundo, pues confrontó problemas de sonido. Euforia por el triunfo de ZuleykaEl universo conspiraba y ellos transpiraban. Descendía el sudor frío y silencioso de los familiares y amigos de Zuleyka Rivera cuando la voz de Carlos Ponce se alzó cual grito de ¡Victoria! con el anuncio de que ella, «la nuestra», entraba primera en la constelación de 20 princesas vencedoras en la contienda de Miss Universe 2006, librada en Los Ángeles.

Al acto, una explosión de aplausos y euforia que se repitió en menor magnitud al escuchar a Miss México en la lista.

Se aliaba a la voluntad divina la estética humana de «Zully» para asegurarle la corona, según interpretaron Armando Mendoza y María López, tíos de la beldad boricua que reunieron a una treintena de vecinos y el resto de la tribu Mendoza –familia de Carmen, la madre de Zuleyka– frente a la pantalla chica de su residencia en Cayey, grande y luminosa para todos en ese momento de triunfo.

Todavía reinaba la expectativa que llegó con ellos a las 7:00 de la noche, atizada con constantes pero casi inaudibles grititos de culequería, como los de Glennder Vélez, de 11 años.

«El exceso de confianza es peligroso», parecía advertirles Francisco Mendoza, tío, al mirarlos de reojo sin dejar de ser un cómplice simpático. "¡Qué fea ésa, Señor, qué fea aquella!", le comentaban los primos Reishaly Colón y Christian Díaz a Thalía, la gatita de la familia, al empezar el desfile de amazonas en trajes típicos, durante el que no pararon de reírse.

En la pantalla la acción y en la casa el suspenso. La presencia de Zuleyka era un detonador de gritos, brincos y predicciones que invadían el silencio de repente, en proporción según avanzaba el desfile de trajes de baño y el de trajes de gala.

«Lo ha hecho excelente, no sé explicar por qué. Todos (en el concurso) tenían comentarios buenos para ella», manifestó Marilyn Alvarado con Zully sobre su pecho, retratada en su camisa.

La escena de las 20 se repitió más intensamente con la mención de Zuleyka entre las 10 finalistas. Y si los muros y columnas de la casa Mendoza no se derribaron con la enorme catálisis de algarabía que se escapó al firmamento cuando Nancy O' Dell pronunció «Puerto Rico» al final de las cinco finalistas, habrá sido porque la familia tenía que contenerse si quería presenciar el final.

Llegó el momento decisivo: las preguntas a las misses. Los ojos de la prima Natasha Mendoza querían salírsele. Los puños del tío Ángel Mendoza se trincaban contra la pared. Las uñas de la tía Marilyn Alvarado no aguantaban más mordidas. Luis Pérez se paró del asiento y gritó: ¡Puerto Rico! Su prima Karla Villafañe, adolescente lozana cual «Miss», lo mandó a callar con una mirada de molestia, pero riendo de emoción. Ramiro Mendoza rogaba que ninguno de sus sobrinitos se metiera en el medio del televisor.

Aumentaba el friito montañoso cuando se iban eliminando pausadamente, como para dejar escuchar los latidos de aquel balcón, sólo secundados por suspiros perfumados de frituras en ese momento de suspenso.

Y Zuleyka permanecía allí parada, inmóvil, congelada su sonrisa, la misma de los cortes de periódico y fotos que cundían la casa; ahora las de una ganadora, de una verdadera soberana, que de seguro hubiera vuelto a llorar al ver la reacción de júbilo de su séquito.

«Esto es demasiado, demasiado… Estoy contento y estaba seguro de que iba a ganar. Que Dios me la bendiga… ¡Zuleyka Rivera… Miss Universe,! ¡Que viva Puerto Rico!», expresó un lloroso Armando.

Se despidieron como si cantaran «La Borinqueña», con orgullo por el desempeño de Zuleyka y Puerto Rico mientras sonreían y se abrazaban unos a otros.

Esos sentimientos los trasladarían en una caravana hacia Salinas, pueblo natal de Zuleyka. "¡Que viva Zully!", vociferaban.

Se desborda Salinas

El pueblo de Salinas estaba alborotado desde temprano en la tarde. A eso de las 3:00 la comunidad de las Parcelas Vázquez –de donde es oriunda la reina– los vecinos se habían congregado en un negocio del barrio para asegurar un buen lugar y disfrutar de la transmisión de certamen que ocurrió en pantalla gigante.

Hasta allí también llegó el alcalde Carlos Rodríguez Mateo, quien expresó su orgullo y el de sus compueblanos por el triunfo de Zuleyka Rivera en la competencia de belleza.

«Aquí tenemos todo un pueblo que se ha tirado a las calles desde temprano. No nos coge por sorprensa su triunfo y no tenemos una reina en Salinas, tenemos una reina en el Universo», manifestó Rodríguez Mateo quien dice ya estar listo para el recibimiento de la Miss Universe 2006 «aunque no tengamos la fecha aún».

primerahora.com, 24.07.06

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