El núcleo esencial lo forma la Meseta, dividida por el sistema Central en dos submesetas: la norte, que se corresponde con la cuenca del Duero, y la sur, en la que se forman las cuencas del Tajo y Guadiana, separadas por los montes de Toledo.
El Cantábrico es abrupto y rocoso, con múltiples rías, calas y bahías, y pequeños cabos, entre los que destacan los de Higuer, Machichaco, Mayor, Peña y Estaca de Bares.
Con una superficie de 500 000 kilómetros cuadrados, España ocupa el segundo lugar en extensión en Europa, tras Francia. España ocupa la mayor parte de la Península Ibérica y los archipiélagos de Baleares al oriente de la Península, y Canarias que se encuentran en pleno Atlántico, frente a la costa africana, a la distancia de más de mil kilómetros del continente. A ello hay que añadir las dos ciudades españolas ubicadas en el Norte de África: Ceuta y Melilla.
Aunque, como en otros aspectos físicos o biogeográficos, es la heterogeneidad lo que predomina en los suelos españoles, en general no suelen ser los más aptos para un aprovechamiento agrario adecuado y necesitan un cuidadoso cultivo y sistemas de regadío.