Hidrografía

Hidrografía

Relieve y clima hacen que los ríos españoles sean, por lo general, de poco caudal y régimen irregular. En la vertiente cántabro-gallega destacan el Bidasoa, Urumea, Nervión, Asón, Pas, Deva asturiano, Sella, Nalón, Navia, Mandeo, Tambre, Ulla y, sobre todo, el Miño, con su afluente el Sil. A la vertiente atlántica van cuatro de los cinco grandes ríos de España: el Duero, con sus grandes afluentes Pisuerga, Esla y Tormes; el Tajo, con sus tributarios Jarama, Albcrche. Tiétar y Alagón; el Guadiana, engrosado por el Záncara, Cigüela. Jabalón y Zújar; y el Guadalquivir, con sus afluentes Guadiana Menor. Jándula. Guadiato y Genil. La vertiente meridional recibe rios pequeños: Odicl-Tinto, Guadalhorce. Guadiaro y Guadalfeo.

La vertiente sudorícntal tiene ríos muy irregulares; destacan el Segura (con el Sangonera y el Mundo); Júcar. con el Cabriel; Turia. Mijares, Palancia y, sobre todo, el Ebro, el río más caudaloso de España. que recibe multitud de afluentes: por la derecha destacan el Oja, Jalón y Guadalope, y por la izquierda el Ega, Aragón, Gállego y Segre (con el Cinca). En la pequeña vertiente catalana destacan el Francoli, Llobregat y Ter. Tiene España algunas lagunas esteparias, otras de origen glaciar (Sanabría y Bañólas) y otras litorales (albuferas del Mar Menor, Valencia y Alcudia).

Embalses

Las intensas lluvias del mes de junio han sacado a las cuencas de los ríos Aragón, Gállego y Cinca de la situación de emergencia y han aumentado las reservas de forma significativa en los embalses. Sin embargo, el mayor pantano del Pirineo, Canelles, en la Ribagorza oriental, no remonta. Apenas almacena un 14% de sus 679 hectómetros cúbicos de capacidad, situándose en el nivel más bajo de los últimos 20 años.

Con el embalse casi vacío es imposible retomar las actividades turísticas, que ya se tuvieron que interrumpir el verano pasado por falta de agua. Canelles es uno de los preferidos para la navegación, sobre todo en la zona del congosto de Montrebei, donde las diputaciones de Huesca y Lérida y los ayuntamientos acometieron un plan de regulación para atajar la masificación. Incluso pusieron cifras a la capacidad máxima de afluencia diaria de visitantes (2.000 personas) y acordaron limitar los usos de navegación y el número de plazas en los aparcamientos, con un tope para vehículos y embarcaciones. La realidad actual es muy distinta.

El verano de 2022, las ocho empresas que operan en la zona, cuatro aragonesas y cuatro catalanas, ya se enfrentaron a la sequía. Era imposible meter las barcas en el congosto, donde solo queda barro. Este año han optado por irse a otro sitio o directamente por no abrir. Es el caso de Javier Bergua, dueño de un negocio de kayaks en Puente de Montañana, quien afirma que a estas alturas «ya no hay ninguna empresa trabajando en Canelles». No vería extraño que cualquier día se prohíba la navegación. «Pasó en 2008, aunque entonces no fue a principios sino a finales de verano». Según dice, «al pantano le faltan 65 metros de altura de agua».

Javier Bergua achaca la situación a que la poca agua que entra por el Noguera-Ribagorzana se deriva al embalse situado debajo, Santa Ana, utilizado para el riego. «Este año ruina total», afirma este empresario, que se ha tenido que buscar la vida en otro sector, el taxi. «El año pasado perdí dinero para mantener a unos trabajadores y una empresa que desde junio vio caer la actividad en picado. La temporada fuerte es en julio y agosto y entonces el congosto de Montrebei ya no estaba operativo. Mantuvimos como pudimos la plantilla trabajando un poco en otras zonas del embalse», señala. En 2023 ya no ha hecho los cinco contratos. «Unos se han ido a buscar empleo a la costa y otros al río Ésera, a Campo, y yo, en lugar de alquilar kayak, ahora tengo un taxi».

Joan Pascual, que explotaba los catamaranes del Ayuntamiento de Viacamp y Litera a través de una concesión y tenía un negocio de alquiler de kayaks, tampoco ha abierto e igualmente se dedica a otra actividad. Lo peor, dice, es que las empresas «van a tardar en reabrir porque se necesitan varios años buenos para volver a llenar el embalse, que tiene un déficit de 500 hectómetros cúbicos, cuando la media anual de entrada es de 150. Todos los pantanos se han recuperado y este sigue bajando».

Óscar Toledano, concejal de Estopiñán del Castillo, otro de los pueblos situados en la orilla, reconoce la enorme afección para el turismo. «Es un tema preocupante para las empresas náuticas», dice. Recuerda la carta remitida a la CHE solicitando el mantenimiento de una mínima lámina de agua, pero como reconoce «manda la generación de energía y el suministro a los regantes».

La localidad de Viacamp, por segundo año, no ha podido poner en marcha el negocio de catamaranes, una concesión municipal. Además, asegura su alcalde, Alfredo Pociello, «afecta a alojamientos y restaurantes, porque la mitad de la gente venía por el embalse», y también a la famosa ruta de las Pasarelas de Montfalcó. «No es lo mismo hacerlas rodeado del agua azul turquesa que en medio de un desierto. Nunca lo había visto así, y hace 36 años que soy alcalde», se lamenta.

Canelles, Escales y Santa Ana son embalses encadenados y se contemplan como un mismo sistema, aclara la Confederación Hidrográfica del Ebro. El último está destinado al riego y se deriva hacia él el agua para evitar que quede por debajo de la toma del canal. Canelles tiene una gestión hidroeléctrica, aunque solo está generando electricidad con un mínimo bombeo, necesario también para los abastecimientos, el caudal ecológico y el riego.

La reserva del agua embalsada en la Cuenca del Ebro es de 4.283 hectómetros cúbicos, con fecha de 3 de julio, lo que representa un 54% de la capacidad total, conforme los datos facilitados este martes por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

En la actualidad, no se supera la reserva promedio de los últimos cinco años de 2018 a 2022 y está por debajo de la cifra de 2022 y de la del mínimo, que se produjo en el año 2022.

La reserva del año pasado, en estas fechas, era de 5.209 hectómetros cúbicos, el 65% de la capacidad total; el promedio de los últimos cinco años 2018 a 2022, de 6.173 hectómetros cúbicos, el 78% de la capacidad total, y el mínimo de los últimos cinco años, en 2022, de 5.209, el 65% de la capacidad total.

La reserva actual de la margen derecha es de 392 hectómetros cúbicos, el 58% de la capacidad máxima; la reserva del último año se fue de 492 hm3, el 73%. El promedio de los últimos cinco años 2018-2022 de 453 hm3, el 67%, registrándose el mínimo de los últimos cinco años en 2018, con 365 hm3, es decir el 54%.

La energía hidroeléctrica potencial en esta fecha es de 2.237 GWh, lo que representa el 49% de la capacidad máxima de la cuenca.

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