La bailaora Belén Maya, en solitario, con Dibujos
La bailaora Belén Maya presenta mañana en Madrid «Dibujos», un espectáculo que estrenó en Pekín hace dos semanas y que está formado por «solos de flamenco tradicional muy íntimo, sin argumento», inspirado en sus «sensaciones y vivencias», asegura en una entrevista con Efe.
Cante, guitarra y baile, a ritmo de alegrías, tangos, soleás por bulerías y rondeñas, componen este montaje, el primero en solitario de Maya en siete años y que se incluye dentro del Ciclo de Flamenco de los Veranos de la Villa en los Jardines de Sabatini.
Esta bailaora, que nació en Nueva York en 1966 durante una gira de sus padres, Carmen Mora y Mario Maya, trabaja desde hace siete años con la cantaora Mayte Martín, con la que ha formado una compañía y junto a la que ha creado el espectáculo «Flamenco de Cámara». «Mayte no canta para el baile, es solista. Pero cuando nos conocimos fue un flechazo, además para mi baile es perfecta y ella pensó lo mismo», reconoce.
Ahora, en solitario, presenta «Dibujos», que estrenó en China el 22 de julio durante el XX aniversario del hermanamiento entre Pekín y Madrid. A pesar de su actuación en la capital china, su aparición de mañana le pone «muy nerviosa». «Bailar en el extranjero me da respeto, pero no tanto miedo como en España», confiesa.
Y es que, a la bailaora le impone mucho actuar en «Jerez, Sevilla y Madrid, porque la crítica puede ser muy devastadora».
La guitarra de José Luis Rodríguez -único compositor-, el cante de Falo y las palmas de Ana Calí ayudan a Belén Maya a expresar «historias personales y sensaciones a través del baile».
«Mis coreografías son muy intimistas, intento contar lo que me está pasando, por eso mi baile es de dentro hacia afuera, porque utilizo mis sensaciones, vivencias, miedos e historias interiores y busco la música que me ayude a sacarlas», explica.
En el primer número del espectáculo, que se desarrolla en el suelo, tumbada y de rodillas, expresa «la sensación de pereza que se siente al trabajar, cuando cuesta moverse», y que luego evoluciona a «un estado de angustia».
En la mayoría de sus números utiliza un movimiento en espiral «característico» en ella, «en el que el giro se transmite de cadera hacia arriba, hasta las manos». «Giro -comenta- alrededor de mí misma todo el tiempo y no miro hacia afuera, soy bastante ensimismada».
Sin embargo, «Dibujos» termina con una alegría, «que abre de pronto el espacio y se baila hacia afuera, en una celebración y unas ganas de bailar que se comparten con los que están sobre el escenario y con la gente».
Las influencias de Maya son muy diversas: bebe del flamenco más tradicional -ha estudiado con Carmen Cortés o con su padre, Mario Maya, y admira a los bailaores Cristina Hoyos y Carmen Coral-, pero también del contemporáneo -ha trabajado en Nueva York con Ramón Oller y cree que «el genio absoluto» de su generación es Eva Yerbabuena"-.
periodistadigital.com, 06.08.05