No sin mi hija… Leonor

No sin mi hija… Leonor

“No sin mi hija”. Este podría ser el titular del bautizo de la Infanta Leonor. Al menos ésa era la sensación que aparentemente se pudo percibir a través de las imágenes editadas y cedidas por la agencia Efe, que junto con Televisión Española fueron los medios encargados de plasmar el momento histórico y servirlas en diferido.

La princesa de Asturias no abandonó un sólo instante su papel de madre amantísima y protectora con su bebé, una monada de criatura. Ni tan siquiera en el besamanos anterior a la ceremonia bautismal donde doña Leticia saludó a los invitados institucionales sujetando a su hija de seis kilos de peso con un solo brazo. Les aseguro que es toda una hazaña. No me extraña el comentario del orgullosos papá cuando les dijo a los periodistas acreditados “es que hace pesas”, refiriéndose al buen estado físico en que se encuentra su princesa.

El acaparamiento maternal es un gesto natural y hasta comprensible si no fuera porque doña Sofía ha esperado toda su vida ese momento en el que su hijo querido y adorado se convirtiera en padre para ser ella madrina de la “heredera del heredero”. Título actual del bebé y que parece es el adecuado ya que la Infanta Leonor será reina -si el ritmo de la historia continúa su curso- dentro de más de un cuarto de siglo.

Han pasado treinta y siete años desde que el príncipe Felipe fue amadrinado por su bisabuela la reina Victoria Eugenia en el mismo lugar en el que la Infanta Leonor recibió el sábado el sacramento del bautismo. Nunca se planteó que fuera en el palacio Real. Igual que en la anterior ocasión, se decidió adecuar el vestíbulo del palacio de la Zarzuela como marco incomparable de esta ceremonia religiosa colocando en el centro la pila bautismal que se utiliza desde hace cuatrocientos años para el bautismo de los herederos al trono.

Esta reliquia románica lleva el nombre de Domingo de Guzmán, el santo que siendo un bebé, fue bautizado en ella en 1770, en la iglesia de Caleruega. Aquel 8 de febrero de 1968, la bisabuela regia tuvo en todo momento a su nieto Felipe en brazos y un papel protagonista. Es cierto que ahora son los padres los que asumen ese protagonismo acompañados en un segundo plano de los padrinos. Pero dadas las características de la familia y que no se trataba del bautizo de una ciudadana de a pie en parroquia de barrio, hubiera resultado comprensible y hasta generoso que la reina Sofía sujetara en sus brazos a la Infanta Leonor.

Por lo demás llamó la atención la imagen aparentemente ausente del rey y las miradas un tanto reprobatorias de doña Leticia hacia los niños Urdangarin en el momento en que el cardenal Rocuo Varela vertía el aguan del río Jordán sobre la cabecita de la niña. Los tres hijos de la Infanta Cristina más Victoria -¿dónde se escondió Froilán al que no se le vio- querían comprobar lo que estaba sucediendo y qué mejor que abandonar los asientos que les habían asignado y colocarse en primera fila para tocar la pila. ¿Serán imaginaciones mías o pareció que en otro momento de la liturgia y cuando la niña Victoria Federica le hizo carantoñas a su primita, la tía Leticia la amonestó “cariñosamente”?..

En el capítulo de vestimentas nada que objetar a la familia Rocasolano. Estupendas la madre Paloma y la abuela Enriqueta con diseños de Felipe Varela, un regalo de la princesa de Asturias, que también pagó la ropa de su sobrinaCarla, Telma y Erika. En esta ocasión las hermanas se decantaron por un mix de boutique. Aunque parezca fácil vestir a una señora mayor como la abuela Enriqueta es complicado, tanto en color como en formas. El abrigo color guinda combinado con el chal rosa le quedaba muy bien. La abuela Menchu, también de Varela prefirió un conjunto de pantalón “verde irlanda”.

En cuanto a las Infantas, Cristina se decantó por un dos piezas de Jesús del Pozo y la Infanta Elena por un chanel muy favorecedor. Tras la ceremonia religiosa, la familia real compartió un cóctel con sus invitados. Después un almuerzo sobrio: salmón, rosbeef y postre de café. No hubo, como se dijo, acompañamiento de setas. El rey Juan Carlos no las puede ni oler.

Paloma Barrientos, elconfidencial.com, 16.01.06

0
19:10
795
RSS
Нет комментариев. Ваш будет первым!