El duro adiós a la competición de Noa Ros a sus 19 años por una radiculopatía

El duro adiós a la competición de Noa Ros a sus 19 años por una radiculopatía

La gimnasta valenciana, internacional desde los 13 años, se ha visto obligado a dejar el tartán debido a esta lesión. «Ha sido algo totalmente inesperado, pero no se puede hacer nada. Tengo un problema que impide que los músculos funcionen correctamente».

«Han sido días duros emocionalmente hablando», empieza contando Noa Ros apenas unas pocas horas después de que la noticia de su retirada obligatoria anunciara su prematura retirada de la competición. «Aceptar que existe un límite es difícil en estos momentos. Nunca había experimentado algo así».

La gimnasta valenciana ha sido diagnosticada con una radiculopatía, una lesión que impide que los músculos funcionen bien. «Dejando los términos técnicos a un lado, digamos que mi pierna pierde la conexión y yo pierdo su control», cuenta a Yo Soy Noticia.

«Cuando los médicos me explicaron lo que me pasaba creía que estaba viviendo una pesadilla. Nunca pensé que terminaría mi carrera deportiva en una consulta médica. Estoy intentando aceptar todo esto de la mejor forma posible»

Reconoce que no han sido días sencillos y que agradece especialmente «el apoyo y los miles de mensaje de cariño» que ha recibido. «Todo esto me ha ayudado a admitir que se acaba de terminar una etapa. Lo agradezco muchísimo».

«Es muy duro»

«Es que es muy duro. Tenía grandes objetivos, un equipo que me acompaña, una afición que me apoya y mucha ilusión», sigue diciendo. «Presenciar un final inesperado que rompa por completo tus planes es algo que no está contemplado. Es algo que nunca te paras a pensar. Simplemente te imaginas un final compatible con tu meta. Es complicado porque te vas sin irte».

Sobre la lesión en sí, deja claro que es incompatible con su deporte. «En los momentos en que me ocurre, la pierna se ‘duerme’ y los músculos no me funcionan. Esto lo que implica es que mi cerebro da una orden a esos músculos pero esta no llega y, por consiguiente, no se ejecuta», continúa explicando.

«Para que se entienda mejor, te pongo un ejemplo. Yo estaba realizando un salto y pretendía recepcionarlo de pie. En ese momento mi perna se ‘durmió’ y al caer se me torció el pie, algo que me provocó una fractura del quinto metatarsiano y varios esguinces en los ligamentos del tobillo».

Ella es consciente de que las lesiones son parte del proceso de una deportista de élite, pero es que esto es otra cosa. «Siempre he sentido que eran obstáculos aislados», cuenta sobre ello. «Ninguna de las lesiones que he sufrido durante estos años me han originado limitaciones permanentes».

«Yo no he tomado la decisión de dejar el deporte, simplemente los médicos no me pueden dar el alta para poder seguir entrenando y compitiendo. No se me permite seguir debido a la gravedad de la lesión diagnosticada»

Aunque su carrera ha terminado de esta forma, inesperada y de una forma poco agradable para todos, tras de sí quedan los momentos buenos. «Me quedo con las experiencias que el deporte me ha permitido vivir», cuenta. «Las medallas o las participaciones internacionales son lo de menos. Cuando sea mayor no me acordaré de eso».

«Lo más importante son las personas que se han cruzado en mi camino durante esta etapa y los valores que la gimnasia me ha inculcado. Yo he definido mi identidad y mi método de trabajo dentro de este mundo».

«Sentir que todo el trabajo que he realizado durante todos estos años ha sido reconocido es la mejor sensación que he experimentado»

Y también está especialmente satisfecha por haber dejado «una huella dentro de la gimnasia rítmica española», algo que considera un «privilegio» a estas alturas. «Quiero dar las gracias de corazón a todos y todas por haberme trasladado tanta admiración y por haberme inspirado hacia hacer mi trabajo».

Una nueva etapa

Ahora asume que arranca una nueva etapa para ella, una que llega demasiado antes de lo esperado. «No quiero vincularme exclusivamente al mundo de la competición», dice. «Hace dos años creé una actividad extraescolar de gimnasia rítmica de la mano de mi madre en las localidades del interior de Castellón. Siempre que quise que todos lo niños y niñas tuviera la oportunidad de acercarse a este deporte sin tener que moverse de su pueblo».

Eso es algo que cuida porque lo experimentó en primera persona. «Mis padres tuvieron que hacer millones de viajes para que yo pudiera disfrutar de mi pasión. Hasta ahora, mi madre asumía la parte de la enseñanza y yo la de la gestión de la actividad, pero a partir de ahora, ya que dispongo del título de técnico deportivo superior, me haré cargo de ambas partes».

Por supuesto, también va a seguir ligada con el club de toda su vida, el Mabel, a quienes espera ayudar en todo lo que pueda.

«Supongo que me costará unos meses aceptar que mis compañeras siguen entrenando y yo ya estoy en la otra cara de la moneda. Pero me encantará entrenar con ellas y seguir siendo parte de la misma familia estando al lado de las mejores, de Manola y Blanca»

No será por falta de planes, eso desde luego. «Por otra parte, ofreceré mis conocimientos a los clubes que quieran disponer de ellos ocasionalmente. Me gusta mucho montar ejercicios. En el ámbito de la formación, en 2020 inicié mis estudios universitarios; escogí psicología y tengo pensado especializarme en psicología deportiva. Estoy formándome online y seguir haciéndolo para compaginar el trabajo con los estudios.»

Y todo esto sin dejar de lado el deporte. «Iniciaré la recuperación cuando los médicos me indiquen el protocolo a seguir. Como gran amante del deporte, practicaré las disciplinas que mi lesión me permita y espero que una de ellas sea el ciclismo.»

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