Rocío Guirao Díaz en Ibiza

Rocío Guirao Díaz en Ibiza

Rocío Guirao Díaz cuenta porqué Ibiza es el destino top para las vacaciones en familia

La envidiable figura de Rocío Guirao Díaz en Ibiza ¡una bomba!

«Las vacaciones soñadas». Con estas tres palabras, Rocío Guirao Díaz (34) describe lo que fueron sus quince días en Ibiza, España, junto a su esposo, Nicolás Paladini, y sus hijos, Aitana (9), Indio (6) y Roma (2).

Aprovechando un impasse en su trabajo y con motivo de celebrar el segundo cumpleaños de Roma, se hospedaron en el lujoso Grand Palladium Palace Ibiza Resort & Spa desde el 21 de julio al 4 de agosto, para disfrutar del verano europeo. «Para las vacaciones de invierno de los chicos es un muy buen destino. Además, hace años que nos vamos de vacaciones con amigos y decidimos el destino entre todos», cuenta la modelo que, con más de un millón de seguidores en sus redes sociales, se convirtió en una suerte de influencer para las marcas que la contratan. Sin olvidar las campañas de lingerie, que la muestran increíble a pesar de tener tres hijos la última hace dos años. Su figura es envidiable y las fotos de esta nota lo confirman.

–Pampita, Messi, todos los Paladini-Guirao Diaz… ¿Qué tiene Ibiza que se convirtió en un destino elegido por las celebrities argentinas?

–Es el segundo año que venimos. Nos gusta mucho, porque es un lugar hermoso para ir en familia. Los chicos la pasan genial y nosotros podemos relajarnos un poco.

–Además, aprovechaste para celebrar el cumpleaños de Roma.

–¡Sí, tal cual! Cumplió sus dos añitos el 3 de agosto. Fue muy lindo. En familia, rodeados de amigos y en un lugar maravilloso. ¡Además, le escapamos al frío de agosto! (carcajadas).

–Este año cumplís diez años de pareja con Nicolás. ¿Cuál es el secreto para mantenerse unidos en un mundo donde las relaciones duran cada vez menos?

–La tolerancia. Hoy, los matrimonios no aguantan nada… Ante la primera crisis deciden separarse. Nosotros, en cambio, elegimos batallar las crisis… que las tenemos, como toda pareja. Aprendimos que de eso se trata el matrimonio. Hay que aprender a convivir con las disidencias.

–¿Tener tres hijos también ayuda a ser más tolerante?

–Seguro. Ellos te cambian muchas cosas, te hacen ver la vida de una forma diferente. Y también muchas de las discusiones se dan por ellos. Suele suceder que te enamorás y formás una familia con alguien que fue criado muy diferente a vos, y eso se traslada a la hora de decidir cosas simples del día a día.

–¿En esos casos también se negocia?

–Sí, buscamos la solución más salomónica posible (carcajadas). Pero eso también es parte de la relación. No creer que uno siempre tiene la razón.

–¿Y cómo se hace para mantener viva la llama de la pasión?

–Es difícil. Más cuando tenés tres chicos y siempre hay alguno dando vueltas. Pero encontramos cosas sencillas que nos permiten tener nuestros ratos de intimidad. Por ejemplo, algo que nos funcionó muy bien es acostarlos temprano. Nos sentamos todos a la mesa a las ocho, ellos cenan, y a las nueve están durmiendo. Y recién después cenamos nosotros.

–Es una buena manera de no perder el diálogo y la intimidad.

–Exacto. Cuando estamos con los chicos ellos te quieren contar sus cosas y se hace imposible hablar con tu pareja. Así, cuando estamos solos, podemos charlar sin interrupciones del tipo: "¡Mamá! ¿Me servís algo para tomar?" (carcajadas).

–¿Son de salir juntos, sin los chicos?

–Sí, Nico viaja mucho por trabajo y cada tanto yo me meto en su valija. Esa también es una buena forma de no perder la pasión que te da un rato de intimidad.

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