Tamara Rojo cree que España tiene una buena cantera de bailarines, que no pueden volver

Tamara Rojo cree que España tiene una buena cantera de bailarines, que no pueden volver

La bailarina española Tamara Rojo, estrella del Royal Ballet de Londres, dijo, en declaraciones a EFE, que en España hay «una muy buena cantera» de intérpretes de danza clásica que están dispersos por el mundo y que no «pueden volver» por falta de una compañía profesional.

Premio Príncipe de Asturias de las Artes de 2005, la bailarina madrileña se lamentó de que en España «no haya compañías de danza clásica», y opinó que «hace falta una decisión de las autoridades» para que se cubra este vacío.

Una de las primeras figuras del Royal Ballet de Londres, formación en la que baila desde hace seis años, Tamara Rojo explicó que parte de la financiación de esa compañía procede de las subvenciones públicas del British Council Arts, mientras que el resto se cubre con dinero privado y patrocinadores.

España es una gran cantera de bailarines y las compañías europeas y americanas «están llenas de ellos», aseguró Rojo, que pone como ejemplo de buen funcionamiento la compañía donde baila.

En el Royal Ballet de Londres hay una decena de bailarines, y «todos ellos en los puestos más altos de la compañía», como la propia Rojo, José Martín, Laura Morera o Ricardo Cervera.

Sólo del País Vasco, según la asociación profesional vasca, hay medio centenar de bailarines trabajando en compañías extranjeras y «en Madrid hay muchos más», unos seiscientos, según datos no oficiales, que «estaríamos bailando fuera» en este momento.

La bailarina consideró que hay «mucha y buena cantera», pero «falta decisión política para que podamos volver» a España, donde «el baile clásico gusta muchísimo al público».

Como ejemplo de ello, señaló que «cada vez que voy a una ciudad se venden todas las entradas; el año pasado, en Bilbao, se vendieron todas 45 minutos después de puestas a la venta».

Rojo estrenó en el Teatro Arriaga de Bilbao junto al bailarín argentino Iñaki Urlezaga, que también forma parte de la compañía británica y con el que bailará un «paso a dos» en Barcelona, un espectáculo sobre el ballet «Blancanieves», con música de Emilio Aragón.

La joven bailarina madrileña cree que «para montar una compañía de danza clásica hay que haber bailado ballet clásico y ahora mismo no hay nadie que pueda montar aquí una compañía de repertorio clásico porque todos estamos fuera».

Rojo se halla en Barcelona para inaugurar el VIII Festival del Milenio que arrancará mañana en el Teatro Tívoli, junto a una compañía de 38 bailarines con los que ofrecerá cinco actuaciones del segundo acto de la suite «Cascanueces».

La bailarina confesó que le gusta el «reino de fantasía» que se recrea en «Cascanueces», ballet «que se repite cada año en los alrededores de Navidad en los países en donde se baila clásico».

En «Cascanueces» ella es Clara, que «es llevada al país de la fantasía, el país de los dulces, dulces que bailan para ella, hasta que se convierte en Princesa del reino de los dulces».

«Cascanueces» supone, en su opinión, «la primera introducción de los niños en el mundo del baile clásico; se quedan encantados y les encanta ese mundo de caramelos, dulces, hadas y magia».

«Esmeralda», en cambio, «no tiene nada que ver» con «Cascanueces», es la historia del jorobado de Notre-Dame y en ese ballet Rojo aparece caracterizada de zíngara y baila un paso a dos «con el chico guapo», que encarna Iñaki Urlezaga.

Después de Navidad y hasta junio la bailarina madrileña se convertirá en Londres, con su Royal Ballet, en una sílfide para interpretar el ballet clásico danés de ese mismo nombre y de 200 años de antigüedad, que Rojo califica de «muy difícil y bonito».

La bailarina señaló también la importancia que tuvo para ella recibir el Príncipe de Asturias, sobre todo «porque ha supuesto una atención de los medios de comunicación que quizás desconocían un poco nuestra existencia, ya que no bailo tanto en España».

Ayer, la bailarina mostró su saber hacer en la Escuela de Ballet Clásico del coreógrafo David Campos, en Barcelona, ante un auditorio formado exclusivamente por niñas y jóvenes bailarinas, que contemplaron admiradas sus pasos sobre el escenario.

es.news.yahoo.com, 12.12.06

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