Religión
La población española es mayoritariamente católica. El país se divide en 13 provincias eclesiásticas (sedes metropolitanas) y 2 arzobispados autónomos que comprenden 67 diócesis territoriales y una personal (castrense). Con anterioridad a la restauración democrática, el catolicismo era la religión oficial del Estado, pero la Constitución de 1978 estableció la aconfesionalidad del mismo y la libertad religiosa. Hay pequeñas comunidades de protestantes, judíos y musulmanes.
España es un país católico. La gran mayoría de la población de España se considera creyente católica.
Según la constitución de 1978, la iglesia está separada del estado, pero aún hoy las actividades de la iglesia y de diversas organizaciones religiosas tienen un gran impacto en la atmósfera espiritual, las tradiciones y rituales, y el modo de vida diario de las personas. Muchas catedrales y monasterios antiguos, lugares memorables asociados con la historia del cristianismo, son visitados por peregrinos de todo el mundo. Las ciudades y pueblos tienen santos patrones, en cuyo honor se celebran magníficas ceremonias: servicios religiosos, procesiones, festivales, representaciones.
No es costumbre entrar al templo con ropa frívola (no como para ir a la playa o a la discoteca). Un cartel en la entrada advierte de ello. Tampoco se debe pasar detrás de vallas o carteles especiales para no molestar a los orantes.
En las iglesias suele estar prohibido tomar fotografías (especialmente con flash) o filmar con una cámara de vídeo.
La religión estatal de España es la católica romana. Alrededor del 95% de los españoles son católicos. A mediados de la década de 1990, había 11 arzobispados y 52 obispados en el país. Hay un pequeño número de protestantes, 450.000 musulmanes y 15.000 judíos.
La posición de la Iglesia católica en España se ha visto sacudida. La mitad de los jóvenes súbditos del rey Juan Carlos I se consideran ateos o indiferentes a la religión. Esto está plagado de un rápido proceso de pérdida no sólo de la fe, sino también de la cultura católica como tal en el reino. El profesor de sociología Alfonso Pérez-Agote llega a esta conclusión en las páginas de su informe “Tres olas de liberación de la influencia de la Iglesia”.
Según sus datos, entre 1994 y 2005 la proporción de católicos comprometidos entre los jóvenes españoles cayó del 18 al 10%. El número de partidarios menos entusiastas del catolicismo también disminuyó del 59 al 39%. Además, durante el período de tiempo indicado, el número de ateos, agnósticos y jóvenes españoles indiferentes al catolicismo aumentó del 22 al 46%.
“El ateísmo entre las personas mayores se manifiesta de forma muy dura, activa e incluso militante, y entre los jóvenes de hoy la negación de Dios es suave, pluralista y tolerante”, señaló el sociólogo.
Según cálculos del Centro Nacional de Investigaciones Sociológicas para el año 2007, en cuestión de años se ha igualado el número de parejas casadas por la iglesia y en el registro civil. El rito del bautismo todavía lo observan el 75% de los españoles, pero el 46% de ellos lo hace más por arraigada costumbre y tradición. En cuanto a los funerales, los mayores prefieren enterrar su cuerpo después de la muerte, mientras que los jóvenes optan por la cremación.
La mayoría de los súbditos del reino no mezclan las cuestiones religiosas con la política, la economía, el empleo profesional y la vida íntima. El 80% de los habitantes del país considera aceptable vivir en matrimonio civil, el 70% no tiene nada en contra del divorcio y el 60% está en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo. El 43% de los españoles admite la posibilidad de adopción de niños por parejas homosexuales, el 41,7% opina lo contrario. Según el conjunto de la sociedad española moderna, la ética no implica necesariamente creer en Dios.
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